El amor nos arropa, nos reconforta, nos invade de sonrisas y bien estar a la par que nos consume, enloquece y nos manipula. ¿Triste verdad? Las más bonitas historias de amor no tienen final feliz.Contradicción pero realidad. Mira que hay tontos enamorados en este mundo, y más tontos aún que les envidian.
Te mira, lo sabes. Te comportas de manera superior, insensible, pero en el fondo incapaz de olvidarle. Sabes que es imposible, con el siempre lo será. Un volcán no puede estar al lado del mar y convivir felizmente. No. No te toca a ti quererle, pero no puedes evitarlo. Te lanza una sonrisa cálida que ignoras en la superficie, tu interior se derrite sin parar. El amor brota y brota, le impides la salida al exterior. No puede notarlo, ya te ha hecho daño muchas veces. Que él no sepa que sigues sufriendo. Porque, ¿quien sufre? no, tu no. Le das vueltas a cada palabra que él te dijo, a cada acción que hizo. No entiendes nada. Todo ha cambiado, pero ¿en qué?. Una brizna de esperanza persiste en ti, y eso es lo que te lleva a la perdición. Caes de nuevo. Dentro de tu cuerpo hay una guerra a muerte, corazón -cerebro. Cada uno defiende su causa, uno el amor y el otro la razón. Esta guerra como todas las demás cada día devasta más tu interior, te consume, no puedes más. Es hora de salir de este circulo vicioso, asique deja me, sal de mi cabeza. deja me. Deja me.
Corazón, perdón por todo el daño causado y el dolor sufrido, Cerebro, tenías razón.
Nuestra historia no tubo final feliz, ¿la convierte eso en bonita?
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